«¿Qué onda con la discapacidad?
Columna de inclusión escrita por Ricky Martínez.
Aguascalientes, Ags.a 15 de febrero del 2024.
“Los merolicos de la discapacidad”.
“Continuando con el mismo cuento”… Continuamos con nuestra serie favorita “la simulación dentro de la discapacidad” y sus personajes deleznables “simuladores que se envuelven en la bandera de la discapacidad para lucro personal, algunos de estos especímenes los encontramos en las áreas dispuestas para atender a las personas con alguna condición en las instituciones de gobierno o como cabeza en algunas asociaciones civiles. Vociferadores empedernidos supuestos conocedores de la materia bajo una narrativa enarbolando el modelo médico caduco de décadas atrás haciendo gala de ignorancia, pero con un resultado muy funesto y desafortunado, ya que crean una idea que a su vez genera una percepción social errónea sin matices plagada de condescendencia y términos erróneos. En esto de la comunicación sobre cualquier tema la persona más sabia no es la que habla más o más fuerte si no la que por medio de sus conocimientos narra una verdad cuestionable y comprobable en el caso de los temas de discapacidad aplica el mismo concepto no por “hablar hasta por los codos” e inundar las redes de una narrativa mitómana la cual se ha ido incrementando cuál bola de nieve se puede considerar como la realidad absoluta que vivimos las personas con discapacidad.
Estas líneas no pretenden ser un mazo inquisidor sobre que si es verdad y que no en la discapacidad, pero si pretendo evidenciar rancias prácticas existentes que lo único que ocasionan es atarnos a la verdad y particularidad de unos cuantos que se erigen como poseedores plenipotenciales dé la discapacidad. Aunque por el otro lado como contraste existen verdaderos portavoces del tema que sin afán de figurar difunden a pesar de los pesares incluso contra los constantes bloqueos de los que son víctimas. Esto ocurre en todos lados no es único de nuestro entorno, pero la lucha sigue la tarea es mucha, pero el esfuerzo también lo es para generar una visión real y plural sobre el tema de la discapacidad derribando las falsas banderas políticas y evidenciando el uso clientelar de nuestra causa, desde esta columna seguiremos en pie de lucha cada vez más dedicados en plantarle cara y evidenciar estos actos.
Vivimos en una sociedad que enarbola la libertad de expresión y cada quien es libre y responsable de sus dichos y hechos, pero también estos quedan en el escrutinio público y pues en eso de la discapacidad no basta con simular generando conceptos propios o repetir verdades a medias cuál loros verdes, se necesita una verdadera profesionalización en la materia desde un perfil jurídico adecuado pasando por términos homologados supranacionalmente con una pizca de narrativa vivencial sin caer en la lástima con lágrima incluida y por supuesto dejando de lado el causar miedo con la posible adquisición de la discapacidad cayendo en el cuento de “pedro y el lobo”. Eliminemos conductas coercitivas llenas de verdades a medias pues esto no es ni jamás será la realidad de la discapacidad.
